Denominamos calibración al proceso mediante el cual se corrobora que la media obtenida por un instrumento de pesaje es la esperada y, por tanto, que éste es apto para su uso.
En este post vamos a profundizar acerca de su importancia, además de hablar de la norma por la cual se regula así como ofrecerte algunas claves para que puedas ejercer una buena calibración. ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
¿En qué consiste la calibración?
La calibración de un instrumento hace referencia a un conjunto de operaciones que comprenden la comparación de la medición de un patrón de referencia y la del aparato que deseamos calibrar. Mediante dicha comparación, se obtiene el error del instrumento. Así pues, se certifica si la medida obtenida por un instrumento es compatible con lo esperado.
Los valores obtenidos son de utilidad para determinar si el instrumento está dentro de los límites de tolerancia establecidos para un proceso determinado y que, por tanto, su uso es fiable, con el fin de evitar desviaciones en los procesos de análisis.
Importancia de la calibración
La calibración es un proceso de gran importancia ya que el usuario certifica que los instrumentos utilizados en el proceso analítico son compatibles con el desempeño esperado. Con ello, sus principales beneficios son:
- Asegurar la calidad en los procesos analíticos;
- Reducir los costos analíticos y aumentar la productividad;
- Cumplir con los requisitos de certificación y acreditación;
- Mantener el funcionamiento adecuado de los instrumentos;
- Incrementar la vida útil de los equipos.
Además, la calibración evita desperdicios y también ayuda a prevenir accidentes.
En un laboratorio deben calibrarse todos los instrumentos de medición que influyen en la precisión o validez de las pruebas. En general, también en las industrias y otros segmentos, se debe utilizar la calibración para así evitar cambios de propiedades con impactos en los productos o servicios.
La norma ISO 17025 y la calibración
La norma ISO 17025 es la regulación mediante la cual se establecen los requisitos para los laboratorios de calibración, con el fin de establecer la calidad de su trabajo. La norma ISO 17025 exige que los laboratorios de calibración recalibren sus equipos periódicamente.
Para obtener la certificación del cumplimento de dicha norma la empresa interesada solicita un análisis. Finalmente, si se cumple con una serie de estrictos requisitos, se califica de laboratorio registrado en un organismo de certificación ISO.
Ahora que ya conoces mejor la importancia de la calibración, recuerda que un instrumento debe calibrarse después de la compra, antes de comenzar a usarlo así como antes y después del mantenimiento. Y, por supuesto, también dentro de los intervalos estipulados. Del mismo modo, es importante que tengas en cuenta que la empresa con la que decidas llevar a cabo el proceso cuente con el certificado ISO.